Cuando escuchamos que alguien tiene una
actitud machista entendemos que esta posicionando la supremacía
masculina frente a la femenina, sin embargo, cuando escuchamos que
una persona es feminista hay algo que, de alguna forma, empareja
ambos términos, ese algo son las palabras, que sin quererlo buscan
siempre su dualidad, su antónimo, comparándose y luchando una
contra la otra de forma errónea.
Las palabras hacen mucho daño cuando
no se entiende su significado, cuando se interpreta de forma
incorrecta puede revertir su utilidad, convirtiéndose en un arma, en
vez de en una herramienta, y esto es lo que sucede en muchas
ocasiones con el término "feminismo".
El feminismo no busca la supremacía
femenina frente a la masculina, su meta es conseguir la igualdad en
cuanto a nuestra forma de valorar, respetar y gestionar nuestra
conducta social más allá de nuestro genero. Sin embargo hay algo
que siempre percibo cuando leo o escucho algo de alguien que se
proclama feminista, ese algo es ira, rencor, odio. Sentimientos
forjados ante la impotencia que genera experimentar la injusticia de
la desigualdad en carne propia. Éstos sentimientos son perfectamente
comprensibles, sin embargo, si realmente queremos aprender y cambiar
las cosas, necesitamos enfocar el tema desde una visión practica,
objetiva y sin resentimientos..
Nadie odia a propósito, el odio es un
sentimiento surgido de la frustración, un sentimiento que nadie en
su sano juicio alimenta conscientemente, tod@s lo alimentamos desde
el sufrimiento ante la impotencia de no encontrar la forma de poder
gestionar algo que nos hace daño. Por eso es imposible arreglar un
conflicto a través del rencor y la culpabilidad, solamente generan
destrucción.
Una persona no es machista por
naturaleza, el machismo es una consecuencia social y cultural. Una
herramienta de control basada en conceptos extintos de otros tiempos
en los que primaba la fortaleza física frente a la intelectual.
Éstos conceptos van mutando a medida que la sociedad los
experimenta, pues son parte de la evolución cultural que forjamos
como colectivo gracias a la tecnología y el aprendizaje.
Estamos en la era de la información,
en un momento en el que nos conectamos un@s con otr@s como nunca
antes habíamos podido siquiera imaginar. Y es en este momento
crítico de evolución en el que debemos comenzar a cambiar nuestra
forma de aprendizaje si queremos detener esta absurda batalla de
poder que no beneficia a la sociedad, pues son la inteligencia y la
coherencia los que deben primar para obtener resultados inteligentes
y coherentes, frente a la violencia y la ignorancia, que solo aportan
confrontación y destrucción.
Al igual que una persona que sufre el
machismo en sus carnes alimenta el odio, quien se siente atacado
también lo hace brotar. Todavía vivimos en una sociedad machista,
lo cual trae como consecuencia que el machismo esta "implementado
automáticamente". Seas mujer o seas hombre los cimientos de tu
educación están impregnados de machismo, tan profundamente, que aun
pagaremos las consecuencias durante unas cuantas generaciones. Por
eso urge una revisión en las bases del feminismo (o en quienes se
proclaman feministas) que faciliten la comprensión ante el hecho de
que muchos hombres que rechazan el machismo se sienten atacados por
el simple hecho de ser hombres, lo cual no ayuda mucho a la causa
porque el ataque invita a la posición defensiva, y la posición
defensiva no dialoga… se defiende, y en muchos casos, ataca.
¿Cómo aprendemos mejor cuando somos
niñ@s? ¿con gritos y castigos o con la paciencia y el ejemplo de
quien nos ayuda a aprender?
Donde tenemos que invertir todos
nuestros esfuerzos es en comprender que cuando hacemos las cosas mal
es por falta de referentes, por falta de información y por falta de
experiencia. Si nos maltratan cuando cometemos errores… nos
convertiremos en maltratador@s porque no sabremos gestionar un
conflicto.
Etiquetar a los hombres de acosadores
por mirar a las mujeres por la calle no funciona, no es (siempre) una
cuestión de acoso, es una consecuencia ante la falta de educación
social respecto a la sexualidad y las relaciones (tanto para quien
mira como para quien se siente mirad@). ¿Es incómodo que te miren
el culo? también es incómodo sentir una atracción por algo que
anhelamos más allá de la razón y la comprensión. ¿De verdad
podemos pensar que alguien disfruta el hecho de hacer sentir mal a
una persona por la que se siente atraída? ¿Dónde surge el
conflicto? ¿en el momento en el que alguien traspasa el umbral de
nuestra intimidad sin nuestro consentimiento? ¿en el momento en el
que gestionamos una actitud de desprecio ante una inseguridad? ¿Quién
ataca? ¿Quién se siente atacad@?. Si nos limitamos a juzgarlo el
ataque continuará … si nos detenemos a analizarlo y estudiarlo sin
juzgarlo comprobaremos que la guerra de sexos es una consecuencia
ante la ignorancia sobre nuestra propia naturaleza. Dejemos de
juzgarnos y atacarnos, el machismo lo sufrimos tod@s, al igual que
cualquier otra debilidad colectiva. Mientras no seamos capaces de
afrontarlo desde un dialogo sin ataques continuaremos rebotando entre
nosotr@s en busca de alguien que no existe.